La columna rota


Educación “rompesillas”


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¡Un millón y medio de bolivianos! Esa es la exorbitante suma de dinero que el municipio paceño debe disponer por año para cubrir el gasto de mobiliario escolar en los establecimientos educativos de la ciudad. Son más de 200 mil dólares que se invierten anualmente en la compra de cerca de 3000 unidades de equipamiento escolar, el dinero no alcanza para más. Aunque el municipio se las ingenia para construir en su maestranza propia los mesones, pupitres, sillas y estantes necesarios –incluso con materiales reciclados–  para cubrir las 6000 unidades requeridas, no deja de alarmar la cantidad no solo de dinero, sino de muebles que se deterioran a lo largo de una gestión escolar.

El Director de Educación de la Alcaldía, Carlos Sotomayor, llamó a concientizar a los estudiantes y a los padres de familia para que se cuide y se mantenga el mobiliario escolar, puesto que el dinero invertido en ello podría utilizarse en otros requerimientos que mejorarían la infraestructura u otras áreas educativas en La Paz. ¿Pero y qué hay de los maestros? ¿No son ellos los que están día a día en las aulas viendo lo que sus estudiantes hacen? ¿No se percatan del mal uso que los alumnos le dan al mobiliario escolar? ¿No podrían ser ellos los primeros llamados a concientizar al alumnado para cuidar de los bienes públicos que les permiten aprender? Me cuesta creer que un maestro muestre indiferencia o se haga de la vista gorda cuando ve que los colegiales están estropeando los muebles escolares.

Si bien es cierto que es obligación del municipio correr con el gasto de equipamiento escolar, es realmente deprimente ver el poco valor que los estudiantes le dan a éste. Aunque desconozco toda la realidad que se vive en las escuelas fiscales del país, me atrevo a afirmar que la importancia de la educación pública no es reconocida por los alumnos y este tema podría ser un proyecto para trabajar valores por parte de los maestros.  

Además del elevado monto del gasto destinado a mobiliario escolar, la recién comenzada gestión educativa trae consigo cambios y adecuaciones diversas y dispersas que más pueden verse como parches en un sistema que no tiene norte. Estas novedades son por ejemplo la separación de las materias de física y química que estaban fusionadas desde 2014. Como reacción inmediata frente al aumento de casos de feminicidios e infanticidios, el gobierno transitorio decidió implementar el Plan Nacional de Contingencia cuya premisa es la de abordar el tema de prevención e identificación de violencia. El acceso a wifi gratuito en 254 unidades educativas de Bolivia cuenta como uno de las adecuaciones más interesantes.

Otros cambios se refieren a la ponderación de las cuatro arcaicas dimensiones educativas (ser, decidir, hacer, y saber) que se aplican para la evaluación de los escolares; y a partir de este año se retoma a la evaluación trimestral con el propósito de “dar más tiempo para actividades pedagógicas”. Otro cambio improvisado y que pretende subsanar la deficiente calidad educativa de los últimos años, es la de hacer que los niños de la primaria repitan el año escolar en caso de haber reprobado una materia. Al respecto argumenta la Viceministra de Educación Regular, Bertha Chuquimia, que de esta manera se logrará que los padres de familia se involucren más en la educación de sus hijos; como si la educación no fuera un entramado de compromisos que apelan directamente a tres pilares imprescindibles: maestro, alumno y padres. La medida cuenta además con la bendición del secretario ejecutivo de la Confederación de Maestros Urbanos de Bolivia, Vladimir Laura y con el consenso de todo el sector. Y la mayor novedad de todas es que el gremio de los profesores ha salido milagrosamente de su letargo y después de varios años vuelve a levantar su voz para hacer escuchar sus demandas y lo ha hecho al estilo de la vieja escuela: con una huelga de hambre que se llevó a cabo durante el mes de enero. La medida fue suspendida después de que la entonces Ministra de Educación, Virginia Patty firmara un acuerdo con los maestros. 

Ahora toca ver lo que propone la nueva autoridad, el también expresidente de Bolivia, Víctor Hugo Cárdenas que nos tiene en alerta después de sus polémicas declaraciones sobre permitir el uso de armas a las mujeres para “prevenir”la violencia, sobre el aborto, la ideología de género y otras perlitas  más.

Así vamos en el país de las maravillas y su educación “rompesillas”.

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