LA COLUMNA ROTA - ¿Cómo continuar?

 


 

Ana Rosa López Villegas*

 

Saber perder. Saber ganar. Saber entender. Saber creer ¿Cómo continuar? Hay saberes que cuestan más que otros y en la montaña rusa de los sentimientos por la que hemos atravesado los bolivianos en los últimos cinco días, es más complicado mantener la serenidad, o más fácil arrojarse a la resignación o incluso reciclar energías para salir a reclamar. ¿Y qué vamos a reclamar? ¿Contra qué o contra quiénes vamos a pelear? ¿A quién vamos a agredir e insultar? Sea quien sea, seguimos enfrentándonos entre bolivianos, repitiendo la fórmula maquiavélica que el masismo implantó en nuestra sociedad y gracias a la cual gobernó a lo largo de 14 años. Sí, ese mismo masismo que hoy se dispone a regresar al poder tras un año inaudito en la historia de nuestro país.

Ahora duele más recordar los 21 días de resistencia que protagonizamos los bolivianos en las calles hace exactamente un año. Parece increíble que habiendo estado tan cerca de volver a nacer como país, de haber tenido la oportunidad de haber cambiado nuestro destino, hayamos caído una vez más en la boca del lobo y que seamos protagonistas del inicio de una nueva era masista. Tanto esfuerzo y tanta entereza se rifaron al peor postor el domingo 18 de octubre pasado. ¿Qué fue de la mayoría que paralizó el país para hacer respetar su voto y para lograr finalmente que Evo Morales dejara el palacio de gobierno y el país? ¿Con qué espesas nieblas se escondió la senda que divisamos para salir de la pseudodemocracia implantada por el régimen del Movimiento al Socialismo (MAS)? ¿Dónde se perdieron las intenciones de unirnos como bolivianos y luchar por un futuro mejor?

Escribir a cuatro días de las elecciones presidenciales y cuando todavía no se conocen los resultados oficiales al 100 por ciento de las actas electorales computadas, tiene algunas ventajas. La primera es que ya todas las culpas están echadas. Cada uno ha identificado a su villano y en el caso específico del candidato a la vicepresidencia de la agrupación política denominada Creemos, Marco Antonio Pumari, ha sido él mismo el que se ha puesto a disposición de los tomates, los huevos, los insultos y las agresiones que sus paisanos le lanzaron cuando se presentó en la Catedral de la capital potosina, dizque para dar la cara y enseñarles a sus hijos que no es un cobarde. Lo que más indigna de tal muestra de valor más parecida a una payasada que a un argumento de buen padre, es que diga que no se arrepiente de haber candidateado y que lo volvería a hacer, sin lugar a duda. ¡Así nos ha ido!

Saber perder. No tenemos otra opción por el momento. La frustración y la impotencia nos van a acompañar por un buen tiempo. Nos van a martirizar los resultados de una votación que para muchos fue recibida como un balde de agua fría. Fallamos en los cálculos, dudamos de las estadística o simplemente apostamos a un cambio que pensábamos era el denominador común de todos los electores. Saber perder significa tener que aceptar. Que Mesa no hizo campaña en el área rural, que Añez despintó a punta de corrupción toda esperanza de un cambio, que Camacho insensato se echó de candidato no solo sin barbijo sino con una ceguera monumental, que en Bolivia la memoria histórica parece más una amnesia destructiva y descomunal… se terminaron los argumentos, tienen que terminar las quejas, es hora de asumir lo que nos toca y de a poco recuperar la fuerza que nos caracteriza como bolivianos. Ya no podemos pensar en que hay un otro distinto, en distancias que nos separen de quienes comparten la misma tierra y sangre. Es hora de tender puentes y extender las manos.

Saber ganar. Luis Arce se convertirá en el próximo presidente de Bolivia, él y su acompañante de fórmula, David Choquehuanca cuentan hasta ahora con más del 50 por ciento de la votación. ¿Qué esperamos de un buen ganador? Que se apegue a la democracia, que se rija por las normas vigentes, que respete al pueblo que dice obedecer, que cumpla lo prometido en su campaña y haga desaparecer el mando a distancia que le acecha con voracidad desde tierras argentinas. Que piense de verdad, que esta segunda oportunidad que muchos le han dado tiene que servir para dedicarse a unir a los bolivianos intentando mirar el pasado como historia y no como un cúmulo de razones para la venganza y el ensañamiento político.

Saber entender. En octubre de 2019, Carlos Mesa fue uno de los primeros en manifestarse contra el fraude perpetrado por el MAS. Ahora recordamos con amargura los 21 días de lucha que se desataron en todo el país a raíz del engaño. Ahora nos toca entender que las elecciones de 2020 se llevaron a cabo de mejor manera, que, aunque nos cueste creer, no registraron observaciones de ningún tipo. El 2019 fue fraude y no un golpe de estado. El 2020 no fue fraude y ojalá que no se trate de una estocada de muerte para nuestra débil democracia.

Saber creer. ¿Podemos creer en la palabra de Luis Arce? ¿Podemos confiar en que realmente su gobierno será para todos los bolivianos? ¿Podemos estar seguros de que no se convertirá en un títere de su jefazo? ¿Podemos guardar la esperanza de que no nos convertiremos en un país que apunta fanfarrón a un socialismo que lo único que hace es encubrir al narcotráfico y al resto de fechorías de sus altos representantes? Saber creer es el reto más difícil y mientras esto ocurre, tenemos el tiempo contado, ojalá solo pasen cinco años, para reinventarnos una vez más, para buscar entre nosotros mismos, las razones que nos hacen bolivianos, que nos dan identidad y que nos dan el impulso para no dejarnos derrotar.

 

 

 

* Comunicadora social

Twitter: @mivozmipalabra

 

 

 

                                       

 

 

 

 

 

 

 

                                                                                  

Comentarios

  1. Buen artículo. No hay que ser un experto politólogo para suponer que en Bolivia (país al que amo) no va a cambiar nada. Si la autora del artículo, como los más de diez millones de bolivianos y bolivianas han vivido bajo el gobierno del MAS durante más de 14 años, también podrán vivir durante estos próximos cinco años (y los que vendrán después). En democracia, cada país tiene el gobierno que se merece.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentarios, Santiago. Ahora que estoy lejos de Bolivia, mis sentimientos van realmente como en una montaña rusa, solo espero que el nuevo gobierno sea nuevo de verdad.

      Borrar

Publicar un comentario

Comentarios: