2015, ¿qué me tienes?





38507. Yo tenía el 38347, es decir que no le pegué al “gordo” de la lotería, pero me gané, osea que recuperé, los 50 bolivianos que invertí en mi billete. Nada mal para ser la primera vez que “empato” con este tipo de sorteos: 50 Bs a 50 Bs. Quizás tuve suerte, un poquito. Pero creo que suerte he tenido durante todo el año: un día me encontré un billete de diez Euros tirado en la calle, otro día fueron 150 bolivianos. Con frecuencia tuve la “suerte” de encontrarme moneditas de todo corte en los lugares más usuales: el piso, las bancas de la plaza, los asientos del taxi, etc. Lo mejor ha sido encontrar mi propio dinero en los bolsillos de mis chamarras o pantalones, aun siendo míos, fue una alegría “recuperarlos” justo cuando más los necesitaba.

Así me revolotea la última hora de este año en los recuerdos de la suerte o la poca suerte que tuve durante este 2014. Lo cierto es que: amo los chocolates, el tostado de haba, el ceviche y la crema chantilly. Los sábados en la tarde se hicieron mis favoritos. Leí solo seis de los doce libros que me había propuesto al comenzar este año: uno por mes. Es muy probable que el 2015 me pille leyendo el séptimo: Hablar con los perros de Wilmer Urrelo. Escribí menos de lo que hubiese querido, aunque ganas e impulsos no me faltaron y no quiero echarle la culpa a nada ni a nadie, ha sido mi pura (ir)responsabilidad. Después de años de férrea resistencia, acepté ir de campamento a Los Yungas, a Coroico y me gustaría volver. Desempolvé amistades de la infancia y de la juventud. Conocí historias tristes y finales felices. Pasé, pasamos en realidad, horas y horas y horas apoyando a mis hijos en su aprendizaje de piano y violín. Nuestro 2014 ha sido un hermosísimo e intenso pentagrama.

Este año no celebré mi cumpleaños, pero sonreí por el maravilloso regalo de la vida y de la fe. Comprobé que orar tiene un poder inigualable. Faltando poco para comenzar a respirar aires de fin de año perpetré radical corte de cabello y me declaro una feliz reincidente del “delito”. Disfruté a carcajada compartida de mi serie favorita “Friends”. Recuperé mi pasión por los aretes y anoté todos los acontecimientos de este año en una agenda de mariposa con hojas de papel. Tejí flores de lana, cosí un muñeco de nieve y hasta remendé. Proferí regaños y me perdí en apapachos, huí de la lluvia y sigo teniendo ganas de bailar. Y aquí termina este desordenado e incompleto archivo de recuerdos. Chau Chespirito, chau Gabo, chau 2014. 2015, ¿qué me tienes?, porque yo vengo sedienta de sorpresas, cargada de sonrisas, sueños y colores.

Comentarios

  1. Muy buen post!!!, Feliz año, que sea un año lleno de exitos!! :) saludos!!

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  2. Gracias Gustavo, gracias por leer y comentar, feliz año :)

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