Aprendiendo a enseñar 12: El diente de Ben



Martes. Hoy vi caer nieve en Hasborn. Eran copos pequeñitos y sin embargo se distinguía en cada uno de ellos una forma estrellada perfecta. El frío está por tanto, al orden del día.

Hoy impartí la última clase de Landeskunde sobre Bolivia. El tercer grado (paralelo a) me escuchó con mucha atención e interés. A diferencia de otras clases, en esta conversé con los niños sobre el idioma que se habla en Bolivia, les dije que no era el „boliviano“, sino el español, les conté que vivo en el piso 19 de un edificio en el centro de La Paz y que a diferencia de Alemania, en el campo en Bolivia uno puede viajar kilómetros de kilómetros sin ver una sola casa en el horizonte. Se quedaron muy sorprendidos, tan sorprendidos como los papás de Christiane el fin de semana que los visitamos. Ambos -mamá y papá- concluyeron su asombro con una pregunta/respuesta: Con ascensor, ¿no?

En la clase de matemáticas en el cuarto grado no me pude aguantar las ganas de recortar las figuras geométricas con la que todos los niños estuvieron ocupados por espacio de media hora aproximadamente. Mis figuras no quedaron nada mal.

A la hora del almuerzo, los niños me pidieron hoy por segunda vez que dijera la oración en español. Como hace algunos días, hoy volví a ver un montón de platos de sopa (crema de papá y brócoli) que fueron devueltos sin haber sido probados siquiera. Y debo confesar que salí del comedor unos cuantos minutos antes que todos los niños porque estaban bastante bulliciosos. Como en todas partes del mundo, algunos de estos niños todavía no identifican sus límites y como almuerzan solos, solamente vigilados por la dulcísima Frau Schmits, entonces el cuadro puede tornarse insoportable.
 
La nota de hoy la hizo Ben, es el más pequeñito del primer grado. „Accidentalmente“ Amy lo golpeó en la boca y uno de sus dientes salió volando de su boca hasta el suelo. Su  mamá llamó hoy a Christiane para pedirle que por favor buscaran el dientencito en el aula. Mañana sabremos si fue posible hallarlo, de otra manera el Hada de los Dientes o „die Zahnfee“ no llegará a visitar a Ben.

Entre otros datos interesantes, Christiane me explicó hoy que los profesores de religión deben contar con una autorización especial de la Iglesia Católica para impartir clases en los colegios. Que yo sepa, esto no funciona así en Bolivia, ¿o sí? En otras palabras, no cualquier profe puede impartir esta materia en Alemania, o por lo menos en el estado de Rheinland-Pfalz.

Más datos interesantes. En la primaria del Bosquecillo de los Robles la biblioteca escolar es atendida por mamás voluntarias que van todos los días a la escuela para prestar libros y mantener la biblioteca en orden. El primer y segundo grado también cuentan con un grupo de mamás voluntarias que van al colegio una dos veces por semana durante las clases de alemán y practican lectura de comprensión con los alumnos. El curso se reparte en grupos pequeños y de esa manera los chicos pueden practicar más. Ayer me tocó suplir en el segundo grado a una de esas mamis que no pudo ir al a escuela.  

Avizorando el punto final, voy convirtiendo este martes en miércoles aunque el reloj me dé la contraria con su imperturbable verdad. 

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