Aprendiendo a enseñar 15: La despedida



Último día en la Primaria del Bosquecillo de Robles. Fin de mi retiro pedagógico, vuelvo a casa.

Hoy la escuela celebró el primer adviento. Todos los niños de la escuela se acomodaron en el pasillo de la entrada y en las gradas. Mi clase de español inició la celebración con la canción que veníamos preparando desde hace dos semanas más o menos. Fue lindo verlos cantar e interpretar la pequeña escena de nacimiento viviente que organizaron ellos mismos. Me tocó agradecer a todos los niños y a los colegas por el tiempo que me obsequiaron durante estas tres semanas. Fue un momento muy lindo y emocionante.

Durante el resto de la mañana me acerqué a cada curso para despedirme. Los niños se mostraron cariñosos y más de uno me dijo que me extrañaría, otros me preguntaron si volvería el próximo año, otros me abrazaron. La clase de Christiane me preparó un lindísima presentación musical de despedida y un sobre en el cada niño me escribió un pequeño texto de despedida y un dibujo.

El queque de quinua que Christiane y yo horneamos ayer para compartirlo hoy con los colegas salió bien y aunque su sabor no es usual, o por lo menos no es al que están acostumbrados, los colegas lo probaron; pero más tarde fueron los niños los que acabaron con él. Muy pocos saben qué es la quinua y todo lo que puede prepararse con ella.

Antes de las tres de la tarde un grupo de niños me esperó en la puerta para darme otro abrazo de despedida y unos regalitos. Me fui sonriente, agradecida y emocionada. Hasborn quedó atrás con sus 600 habitantes, en mi corazón quedarán los 98 niños y los siete maestros de la primaria del Bosquecillo de Robles que me abrieron las puertas de sus aulas y que compartieron conmigo este tiempo.

Tras cuatro horas batallando con mis maletas, por fin puedo verlas cerradas y listas para marchar. Último día en la Primaria del Bosquecillo de Robles. Fin de mi retiro pedagógico, vuelvo a casa.

Comentarios