Hoy me tocó presenciar un
acto democrático bastante entretenido y emocionante en la primaria am
Eichenhain en Hasborn. La escuela cuenta con 6 clases, dos de ellas de primer
grado, una de segundo, dos de tercero y una de cuarto; un promedio de 16
alumnos por salón. A partir del segundo grado cada clase elige un/a representante
o presidente/a y un/a vicepresidente/a. Los niños que
resultan elegidos tienen como tarea representar los intereses de sus compañeros ante la dirección del colegio. Para que esto sea
posible, en cada clase se conforma un Klassenrat o consejo estudiantil. En ese
ámbito los estudiantes se reúnen una vez por semana para discutir temas tales
como problemas entre compañeros o con algún
maestro. Los jefes de curso presencian las reuniones del Klassenrat, pero no
tienen ni voz ni voto; su función es solo orientadora. Fin del preámbulo.
En respeto a la última norma
de educación emitida por la autoridad competente en el estado de
Rheinland-Pfalz, los representantes de las seis clases de la primaria am
Eichenhain se reunieron hoy con la directora del colegio para elegir al
representante escolar (Schülersprecher). La sesión de este significativo parlamento escolar se inició con una pequeña dinámica grupal en la que los representantes de cada
curso hablaron sobre las tareas que debe realizar un representante escolar. En
la siguiente etapa, los niños hablaron sobre
las cualidades y características con las que debería contar un representante
escolar, los aspectos que los niños
eligieron de una lista fueron por orden de importancia los siguientes: que sea
justo, que sea amigable, que le guste ayudar, que sea apreciado por los otros
alumnos, que sea capaz de pedir disculpas, que tenga sentido del humor, que
sepa expresarse y que sea apreciado por los maestros. Que sea justo, por sobre
todas las cosas, los niños eligieron esta característica que tanta falta le hace a este
mundo tan loco.
Una vez que todos los
presentes quedaron de acuerdo tanto con las tareas que debe cumplir un
representante escolar como con las características que éste debe tener, la
directora dio paso a la elección del mismo. Tres niños se postularon para cubrir el puesto y acto seguido
se llevó a cabo la votación (voto secreto). Lenya, representante del cuarto
grado, ganó con la mayoría absoluta (50% más uno) y se convirtió así en la
primera representante escolar de la primaria Eichenhain. Lo más impresionante
de todo, es la madurez y la seriedad con la que estos pequeños desarrollaron todo el proceso, un magnífico
ejercicio de democracia y política que se inicia en la infancia. Así se
cultivan ciertos valores fundamentales, uno de ellos, el respeto a las normas.
Hoy también presencié una
conferencia docente en la escuela, es decir una reunión de profesores. Allí
tuve la oportunidad de presentarme
y de compartir las ideas que me gustaría llevar a cabo en la escuela. Todas
fueron aprobadas, pero se las haré saber en su momento J
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