
Ana Rosa López
Villegas*
El 18 de noviembre pasado se celebraron los 178 años
de fundación del departamento de Beni, el segundo más grande de Bolivia y cuya
economía se basa sobre todo en la ganadería. Es uno de los muchos lugares de Bolivia
que no he tenido la fortuna de visitar, será por eso por lo que se me hace un
sitio lejano y aunque por fotos lo reconozco hermoso, la experiencia de haber recorrido
sus calles y conocido a su gente me es ajena. En todo caso me gusta mucho la
forma de su mapa y la sencillez de las dos sílabas que componen su nombre.
Para acortar estas distancias, recordé que hace algún tiempo
escribí un breve ensayo sobre el aporte artístico beniano a la historia
cultural de Bolivia y creo que esta es la mejor ocasión para dar a conocer a
algunos de los grandes artistas benianos. Uno de ellos es Luciano Duran Böger.
Fue uno de los más importantes escritores, novelistas, poetas y ensayistas del
siglo XX. Nació en el pequeño pueblo de Santa Ana del Yacuma en Beni el 12 de
noviembre de 1904 y murió en 1996 en La Paz. Su voz poética estaba
completamente influenciada por su tierra natal: cálida, exuberante y llena de
luz, así como rebelde y romántico-revolucionaria.
Otra voz beniana dice: "En las playas desiertas
del Beni, un viajero de pálida faz, que al mecerse en su hamaca pensaba en su
amor y su tierra natal". Aunque el texto de esta canción fue escrito por
un cochabambino, su melodía rítmica de vals fue compuesta por Lola Sierra
Chávez de Méndez y se considera hasta hoy como el segundo himno del Beni. Esta
destacada compositora, pianista y autora nació el 24 de diciembre de 1914 en
Trinidad.
Cachuela Esperanza fue el centro del imperio del
caucho boliviano entre 1872 y 1920, allí nació Eugen Gomringer, el 20 de enero
de 1925. El poeta de ascendencia germano-suiza es conocido mundialmente desde
1951 como el padre de la poesía concreta, y su obra ha sido escrita
predominantemente en Alemania. "No tengo recuerdos, me fui a Suiza cuando
tenía dos años y medio", contó en 2013 sobre su lugar de nacimiento, sin
embargo, no olvidó que sus mascotas eran un perezoso y un tigre manso en
Cachuela Esperanza. Gromringer cuenta además que su padre no quería que
creciera en la "jungla", por lo que fue enviado con sus abuelos a
Suiza. Gomringer, también conocido como "el beniano genial", vive en
Alemania desde hace más de 40 años y es uno de los poetas y conocedores del
arte más importantes de la actualidad.
También durante el siglo XX Beni dio a luz a otras llamativas
figuras literarias. Pedro Shimose Kawamura nació el 30 de marzo de 1940 en el
centro de Riberalta. Es uno de los más importantes escritores, poetas y
compositores bolivianos de Bolivia. Sus padres eran Laida Kawamura Rodríguez y
el emigrante japonés Ginkichi Shimose. Pedro Shimose fue uno de los pocos
autores bolivianos cuya obra poética fue reconocida en 1972 por el prestigioso
premio literario de la Casa de las Américas de Cuba. Su poesía está inspirada
políticamente y gira en torno a la identidad nacional y la liberación social.
Algunos de sus libros han sido traducidos al inglés, alemán, francés, ruso,
árabe, turco y holandés.
Por más de 40 años David Mondacca ha estado en el
escenario del teatro en Bolivia y aunque hizo y sigue haciendo toda su carrera
artística principalmente en La Paz, su lugar de nacimiento está en Beni. Comenzó
con el teatro en 1973 y desde entonces no ha parado. Sus interpretaciones más
exitosas fueron la trilogía sobre la obra de Jaime Sáenz, consistente en No le
digas (1998), Santiago de Machaca (2001) y Los cuartos (2004). En 2011 presentó
la obra Aparapita (Cargador de equipaje) basada en la novela Felipe Delgado de
Jaime Sáenz. Fue nominado en 2004 como Embajador de Teatro para el Mundo en los
15 Juegos Teatrales Internacionales de Puerto Montt, Chile. En 2009 ganó el
Premio Dramático Adolfo Costa Du Rels con su obra El santo del cuerno, una obra
basada en una serie de experiencias vitales de los lustrabotas. Ha aparecido en
varias películas bolivianas e internacionales (2003: Alma y el Viaje al Mar de
Diego Torres; 1997: El Día Que Murió el Silencio de Paolo Agazzi; 1996: El
Triángulo del Lago de Mauricio Calderón, entre otras). Es un apasionado
titiritero. Su obra es impecable, como él mismo dice: "Somos efímeros como
el teatro por eso hay que ser impecables".
Otros benianos reconocidos son los cantantes
Carmencita Justiniano y Miltón Cortez, los investigadores históricos José
Chávez Suárez, Medardo Chávez y Manuel Limpias Saucedo, los escritores Roger de
Barneville, Víctor Hugo Libera y Ruber Carvahlo, los cuentistas Félix Bascopé,
Gonzalo Cuéllar e Ignacio Callaú, los poetas Fabian Vaca Chávez, Hormando Ortiz
Chávez, Horacio Rivero Egüez y Mery Monje así como la generación de Nicómedes
Suárez Araúz, Selva Velarde, Arnaldo Mejía, Homero Carvalho, Carolina
Barthelemy, Roxana Selum y Rosario Aquin. Los ensayistas César Chávez Taborga,
Antonio Carvalho, Hugo Lijerón y Arnaldo Lijerón, y los artistas plásticos
Franklin Muñoz, Gil y Jorge Coimbra, José Moreno y Valia Carvalho.
Como todos los otros departamentos, Beni merece no
solo nuestro reconocimiento, sino también la posibilidad de crecer y de desarrollarse.
Que la dura crisis sanitaria que vivieron no solo sea un mal recuerdo, sino el
llamado fervoroso de hacerle saber a los gobiernos de turno que es una tierra
próspera y con futuro. Valga hoy este homenaje sincero de esta orureña que todavía
desea caminar por sus hermosas playas y conocer su capital, Trinidad.
* Comunicadora
social
Twitter:
@mivozmipalabra
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